miércoles, 6 de abril de 2016

Grítale al mundo lo que piensas, lo que sientes y lo que te hacen sentir. No dudes más que de aquello que te hace empequeñecer. Que el mentir se refleja en los ojos, en la sonrisa y en todo cuanto emana de tu cuerpo. Ocultarse tras las manos acabará por destrozar esas pequeñas partes que adoras de ti, las que te hacen ser tu. El tiempo lo cambia todo, y no por ello debemos aferrarnos a lo que en un principio era, porque ahora puede ya no ser. Aguantar siempre ha sido una virtud, y derrumbarse dicen, es de cobardes. Cobarde es aquel que oculta la verdad, su verdad. El que calla por miedo a la incerteza del porvenir. El que evita salir al mundo por miedo a que lo destrocen al primer toque. Ojalá ser valiente fuese sencillo, aunque de ellos esté el cementerio lleno.

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